Joaquina Téllez-Girón y Pimentel (1784-1851), hija de los duques de Osuna, se convirtió en Marquesa de Santa Cruz por su matrimonio con José Gabriel de Silva y Walstein en 1801.
Amiga de poetas y escritores, era una de las mujeres más admiradas de su tiempo.
En este retrato de 1805, que la muestra en su juventud, yace en un espléndido sofá de terciopelo púrpura, vistiendo un vestido de gasa blanca, con escote a la francesa y una corona de hojas y frutos de roble, muy a la moda en la época.
Los adornos simbolizan la virtud, la constancia y la fuerza.
Goya combinó la moda de la temporada con sus propias visiones para producir una imagen de belleza flexible y formal, inspirada en obras como "Venus y Música" de Tiziano y "El Baño de Venus" de Velázquez, que pudo apreciar en la colección de la Duquesa de Alba o en el palacio Godoy.
En el cuadro, la joven marquesa apoya su brazo izquierdo en una guitarra con forma de lira, en ese momento en boga, que evocaba el mundo clásico.
El lienzo está en excelentes condiciones y, a diferencia de la mayoría, sigue teniendo su brillo original, revelando la impresionante perfección de sus relaciones tonales, así como una técnica de pintura rica y segura. Está firmado y fechado en la esquina inferior izquierda.
La
Marquesa de Santa Cruz
Goya,
1805.
Óleo
sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid.