Tras la segunda guerra mundial, la
gente estaba ávida de
optimismo, pero el arte reciente, incluídos el expresionismo
abstracto y el Colour Field eran serios
e introvertidos.
Entre
1955-1970, a la vez que se recuperaba de la
guerra, la sociedad se estaba transformando. El capitalismo, que
nunca había tenido tanta fuerza, dio lugar a un nuevo estilo de vida
y al surgimiento del consumismo.
Fascinados por este
fenómeno, los artistas londinenses y neoyorquinos comenzaron a
plasmarlo en obras de brillantes colores con elementos publicitários,
mercadotécnicos, del empaquetado de productos
y de los medios de comunicación. Esta manifestación que se
denominó “pop art”, refleja
el nuevo orden con sarcasmo y, a veces, de manera objetiva,
presentando a los espectadores, de un modo audaz, un mundo nuevo,
resplandeciente y materialista.
El pop art cambió
la actitud hacia todo el arte, y, como consecuencia, muchas ideas,
antes consideradas irreverentes, se incorporaron
a las bellas artes.
Los materiales,
procesos y aspectos de las imágenes reflejaban el consumismo. Tras
el pop art, otras
manifestaciones como el
land art,
el arte conceptual, la
performance art
e incluso el minimalismo, pasaron
a reflejar
el consumismo, a veces para condenarlo y en otras ocasiones para
celebrarlo, pero siempre de una forma intensa.
Dado
que el consumismo era reconocible para el público, a pesar de no ser
un elemento convencional del arte, siempre resultó accesible.
El
pop art munca intentó ser una corriente intelectual o de pensamiento
teórico.
Principales
expoentes: Andy
Warhol, Roy Lichtenstein, Peter Blake, Félix
Gonzalez-Torres,
Richard
Hamilton, Allen Jones
, Peter
Philips, James Rosenquist y Claes Oldenburg.
Andy Warhol, Marilyn Monroe, 1967
Roy Lichtenstein, Spray Can, 1962