Museum of Modern Art, MOMA, NYC
Óleo sobre lienzo 127 x 127 cm
Reconocido por la pureza de sus abstracciones, Piet Mondrían (1872-1944) simplificó de forma radical los elementos de sus pinturas para reflejar su percepción del orden espiritual bajo el mundo visible.
Movido por la idea de que el arte refleja la espiritualidad subyacente de la naturaleza, el joven Mondrían empleó vários años en simplificar la pintura al máximo a fin de reflejar su percepción de la energia que hay en el equilíbrio de fuerzas por las que se rigen la naturaleza y el universo. Esto le llevó a reducir todas las descripciones del mundo a colores primarios y elementos verticales y horizontales, los cuales representan las fuerzas opuestas elementales de lo positivo y lo negativo, lo dinámico y lo estático y lo masculino y lo femenino. A este estilo pictório lo llamó “neoplasticismo”.
Huyendo de una Europa devastada por la guerra, Mondrian se marchó a New York en 1940 y, en su primera noche, conoció el Boogie Woogie de Broadway. Como respuesta, realizó esta pintura, reflejo de la disposición de Manhattan en la que sugieren las calles, el tráfico, las luces elétricas y el jazz que él adoraba bailar.
Dejando a un lado sus habituales lineas negras que separan zonas de color, Mondrian empleó cuadrados de color para realizar el diseño, creando una nueva energia directamente inspirada en la vitalidad descubierta en New York.
La distribuición de los cuadrados de brillantes colores dentro de líneas amarillas transmite los distintos ritmos vitales de la bullente ciudad, y los minúsculos bloques dan lugar a un ritmo dinámico (una vibración óptica que sugiere movimiento).
Tras interesarse por los príncipios místicos de la teosofía, Mondrían comenzó poco a poco a simplificar y reducir los elementos de sus pinturas hasta solo emplear líneas retas y colores primarios puros y lisos. Se convirtió en un importante miembro del movimientto neerlandés De Stijl. Su influencia en el arte y el diseño del siglo XX se deben tanto a la pureza de sus ideas y de su estilo de vida como a las obras que realizó.
Fuente: The Short Story of Art, Susie Hodge.