El coleccionismo es una
práctica casi universal. Las personas coleccionan objetos como
talismanes, recuerdos o fuentes de referencia científica, entre
otros motivos, con una utilidad diversa. En ciertos momentos y
lugares las colecciones han ejercido una influencia formativa sobre
el arte.
Las colecciones romanas de
pinturas y esculturas de los territorios sometidos (de
Grecia en particular) proporcionaron
la fuente de referencia
al arte romano.
Plinio el
Viejo menciona
una colección de
destacadas obras en el palacio de Augusto. En repetidas ocasiones
invoca las obras de arte griego representadas en esas colecciones,
sobre las cuales basaron sus trabajos los artistas romanos.
A
partir
del siglo XV, cuando
las colecciones a modo de tesoro de los monarcas medievales fueron
sustituidas por las colecciones de prestígio del Renascimento, como
expresión tanto de la cultura como de la riqueza y del poder del
coleccionista, los artistas lograron el acceso, a través de las
eclécticas posesiones de sus mecenas, a un material básico vital.
La intención de Lorenzo de Médici, con la colección de esculturas
antiguas en el jardin de San Marcos, era inspirar a una ambiciosa
nueva generación de escultores florentinos.
Cuando
el coleccionismo fue adoptado también por la burguesía y por las
élites, los artistas recibían encargos para pintar cuadros de
gabinete que representaban
los contenidos de sus propias colecciones.
Las
colecciones de los propios artistas eran menos exhaustivas u
objetivamente útiles, aunque más reveladoras
sobre su personalidad. Matisse calificó con gran afecto una
fotografia de unos 40 objetos ordinários que aparecen en muchos de
sus cuadros como “objetos que
me han sido de utilidad durante toda mi vida”.
Picasso
fue un acaparador compulivo, cuya colección
le proporcionó
material para construir arte.
¿
Y
por
qué coleccionamos algo
los
pobres mortales?
Bien,
nuestras
colecciones no suelen tener un valor monetario sino emocional. Ellas
nos permiten revivir un determinado momemto. Ayudan
a aliviar la inseguridad y la ansiedad de perder una parte de
nosotros
mismos
y de mantener el pasado para
continuar existiendo en
el presente. Los psicólogos consideran que el coleccionismo
puede proporcionar seguridad psicológica, llenando una parte del yo
que uno piensa carente de significado. En cualquier caso, la mayoria
de los investigadores cre que los motivos no son mutuamente
excluyentes, sino que se combinan entre ellos.
También,
podemos responder sencillamente: “Coleccionamos
porque nos proporciona alegria y felicidad cada vez que agregamos un
nuevo hallazgo a la nuestra colección
y nos da placer el compartir con otros
que aprecien
nuestro hobby”.