Las Meninas (1656) Diego Velázquez
Museo del Prado, Madrid
En Las Meninas la perspectiva aérea
alcanzó su máxima expresión, haciendo de esta pintura una de las
obras maestras del arte mundial. Velazquez
supo muy bien captar los
efectos atmosféricos entre los cuerpos, la irradiación de la luz y
la vibración visual de los colores, utilizando una técnica fluida y
sintética, que apunta las normas más que definirlas,
proporcionándoles una
apariencia de verdad inmediata y realidad desmaterializada. Pero,
además esa obra posee una grandeza especial por el carácter
enigmático de su contenido.
La escena si situa en un
aposento del Alcázar de Madrid, donde Velazquez tenia su taller. Al
fondo, una puerta entreabierta, en que destaca la sillueta de un
hombre vestido de negro, al lado de un espejo que refleja las efigies
de la Reyna Mariana y del Rey Felipe IV. En primer término a la
izquierda está el dorzo del lienzo ante cuyo anverso se sitúa
Velazquez de pie, tal vez, mirando a los reyes, con el pincel en su
mano derecha y la paleta en la izquierda.
Em el centro la
infanta Margarita de cinco anos, rodeada por sus doncella de honor,
llamadas meninas: Maria Agustina Sarmiento
a su izquierda, Isabel de Velasco, a su derecha y más
a la derecha la enana Maribárbola
acompañada del enano Nicolás de Portosanto, que posa a su pié
izquierdo sobre un perro.
Detrás, em segundo
término, aparece un hombre vestido de negro apenas abocetado, hacia
quien se dirige, hablando, una mujer identificada como Marcella de
Ulloa.
Fuente: “Breve
História de la Pintura”, Paz Garcia
Ponce de León, Libsa, Madrid, Spain, 2006.