“Fado” (1909-1910)
José Malhoa, Museo Del
Fado, Lisboa, Portugal.
Se conocen dos versiones
del Fado de José Malhoa. La primera es de 1909 y la otra de
1910. Probablemente desde la idea hasta la concepción, José Malhoa
pasó unos momentos dificiles antes de llegar a la obra que
conocemos. La historia del cuadro comienza cuando José Malhoa siente
el deseo de retratar O Fado, que empieza a tener cierto éxito entre
burgueses, intelectuales y aristócratas, a pesar de haber estado, en
ese momento, muy asociado a la marginalidad, a los barrios populares
y a la población más empobrecida.
El pintor contrató primero modelos profesionales para los primeros bocetos, pero no quedó satisfecho. Realmente quería capturar la verdadera esencia del fado y sólo lo lograría con modelos reales. Deambuló durante mucho tiempo por los barrios de Alfama y Bairro Alto hasta que encontró lo que quería en el barrio de Mouraria, donde, hoy en día, sus habitantes afirman con orgullo ser la cuna de este género musical.
El pintor contrató primero modelos profesionales para los primeros bocetos, pero no quedó satisfecho. Realmente quería capturar la verdadera esencia del fado y sólo lo lograría con modelos reales. Deambuló durante mucho tiempo por los barrios de Alfama y Bairro Alto hasta que encontró lo que quería en el barrio de Mouraria, donde, hoy en día, sus habitantes afirman con orgullo ser la cuna de este género musical.
José Malhoa conoció así
a los dos modelos retratados en el cuadro. Él era Amâncio
Augusto Esteves, matón, cantante de fado y guitarrista y ella era
Adelaide "da Facada", así llamada, porque tenía
una gran cicatriz en el lado izquierdo de su cara. Era, durante el
día, una vendedora callejera y, por la noche, una prostituta.
Durante más de un mes, el pintor se dirigió a la casa de Adelaide,
en la Rua do Capelão, para retratar con la mayor fidelidad posible
el ambiente que observaba. La gente del barrio, al principio
sospechosa, se acostumbró a la presencia del "pintor elegante",
como se le llamaba. En varias ocasiones, Malhoa tuvo que explicar a
la policía las razones de su presencia en el barrio y a menudo fue a
la cárcel para recoger a sus dos modelos y seguir haciendo su
trabajo. El'pintor elegante' tuvo que usar mucho de su paciencia y
capacidad argumentativa para estar en buenos términos con Amâncio.
La primera idea de Malhoa sería pintar a Adelaida desnuda, o casi
desnuda, causando algunos celos y amenazas de Amancio.
A pesar de todas estas situaciones ridículas, Malhoa completó su trabajo y lo mostró no sólo a las élites para conocer su opinión, sino también a los habitantes del barrio. La pintura fue muy mal recibida al principio por la crítica, por representar el lado menor del fado, la marginalidad. El trabajo, sin embargo, comenzó a ser reconocido en el extranjero. Viajó por Buenos Aires, donde ganó una medalla de oro, París, Liverpool y San Francisco.
A pesar de todas estas situaciones ridículas, Malhoa completó su trabajo y lo mostró no sólo a las élites para conocer su opinión, sino también a los habitantes del barrio. La pintura fue muy mal recibida al principio por la crítica, por representar el lado menor del fado, la marginalidad. El trabajo, sin embargo, comenzó a ser reconocido en el extranjero. Viajó por Buenos Aires, donde ganó una medalla de oro, París, Liverpool y San Francisco.
En 1917, la versión de 1910 fue adquirida por el Ayuntamiento de Lisboa y colocada en la sala principal del Ayuntamiento, donde permaneció hasta su integración en la exposición permanente del Museo de la Ciudad. Hoy lo encontramos en el Museo del Fado, un préstamo del Museo de Lisboa.
La versión de 1909 está
en una colección privada.
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